El movimiento 15-M retomó ayer las calles de medio mundo con más fuerza que nunca. Barcelona, Bruselas, Berlín, Nueva York, Buenos Aires y hasta 951 ciudades de 82 países diferentes se unieron a las protestas de los indignados de Sol, donde miles de personas se concentraron para protestar en contra el sistema.
En España, Madrid y Barcelona fueron las ciudades que lideraron las protestas. Los indignados reclamaban un cambio profundo del sistema, ya que, a su juicio, la actual democracia no funciona y la clase política se mueve bajo los hilos de los grandes banqueros.
Una gran diferencia hubo a la hora de contabilizar los asistentes. Según cálculos del diario EL PAÍS, 46.000 personas eran las que había a las 20:30 de la tarde entre la Puerta del Sol y la parada de metro de Sevilla. Sin embargo, los organizadores del movimiento, para los que la marcha había superado la del 19-J y la del propio 15-M, hablaron de medio millón de asistentes. En Barcelona, las autoridades hablaban de 60.000 y los organizadores de 400.000.
Sevilla también se sumó a la manifestación global de los indignados. Bajo el lema “Toma la calle, rompe su bolsa, gobierna tu vida” alrededor de 30.000 personas participaron en una protesta pacífica que recorrió las zonas más céntricas de la ciudad, como la Plaza Nueva o la Encarnación.
Muchas de las grandes ciudades europeas también se vieron afectadas por el movimiento indignado. En Fráncfort, miles de manifestantes se congregaron ante la sede del Banco Central Europeo. Un millar de londinenses se dirigieron hasta la Bolsa, entre los que estuvo el fundador de Wikileaks, Julian Assange. En Bruselas fueron alrededor de 6.000 los indignados que salieron a la calle. En Berlín, cerca de 10.000.
En Roma la jornada indignada no trascurrió sin altercados. La policía se enfrentó con centenares de encapuchados en una trifulca que duró más de cuatro horas.
Clave fueron también las protestas fuera de Europa. Unos 2.000 asistentes acudieron a las protestas en Wall Street, donde desde el pasado 17 de septiembre el movimiento indignado está teniendo gran repercusión.
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